SHIATSU Y JIN SHIN DO®

Soy consciente de que, para quienes no practiquen o no reciban alguna de estas interesantes y fascinantes técnicas, todo lo que voy a explicar puede parecer una discusión académica.

Sin embargo, estoy convencido de que la información y experiencias adquiridas,pueden ser de utilidad para quienes estén interesados ​​en el mundo holístico.

Creo que a partir de una experiencia con la técnica Shiatsu, adquirida estando a cuatro patas con la regla de la presión «llevada» con nuestro centro de gravedad energético (Hara), se puede llegar al acercamiento a una técnica psicocorporal como el Jin Shin Do®. puede conducir a una adaptación y una especie de cambio en las consideraciones de sustentación, presión y duración de los tiempos relativos.

En el Jin Shin Do®, la posición del receptor permanece en decúbito supino y la del operador se sienta junto a la mesa; posturas y posiciones aparentemente alejadas de la antigua experiencia de los maestros de la técnica Shiatsu.

No creo en absoluto que estas dos técnicas estén en antítesis o contraste; por el contrario, estoy convencido de que, fusionadas y aplicadas de forma sinérgica, pueden crear un continuo, donde la evidencia específica de cada técnica se fortalece y amplifica por el otro.

Practico a menudo un tratamiento de Shiatsu, tradicionalmente realizado en el suelo de un tatami o futòn, y lo incorporo con momentos de acupresión estática y prolongada, sobre puntos clásicos de la Medicina Tradicional China (o más precisamente de la Acupuntura), especialmente en los puntos en los que personalmente creo que es necesario permanecer durante más tiempo y que requieren particular conexión con otros puntos conectados energéticamente, según los principios del Kyo/Jitsu o los Meridianos/Elementos o las Seis Divisiones.

Esto crea un mix energético que poco tiene que ver con la racionalidad, pero lleva a conectar áreas y sectores que no necesariamente pertenecen a un análisis lógico y didáctico. En Jin Shin Do® una indicación es estimada por el propio destinatario, quien centra su atención en un punto concreto, que los operadores identificamos como «local».

A partir de esto se procede a una exploración para profundizar en la percepción y sensación de este punto durante la inmersión en un estado de «trance» o semiconciencia, esencialmente estimulado por la presión sobre estos puntos específicos.

Ya existe literatura científica ampliamente acreditada sobre este fenómeno, relacionada con la producción de hormonas específicas como las endorfinas, interacciones con las funciones del Nervio Vago, etc.

Luego de lo cual se crean las condiciones adecuadas para conocer e identificar el origen del bloqueo emocional que reside en el subconsciente, responsable de los problemas físicos relacionados como dolores, contracturas, malestar y otras dolencias físicas en general.

Nos ascienden en el campo a «investigadores» del cuerpo humano, en busca del «asesino» que nos persigue desde un nivel psicofísico.

Estos objetivos se logran tipificando simultáneamente los distintos puntos «distales», que se colocarán en el mismo recorrido que el Meridiano de Energía o el Meridiano Extraordinario, en relación funcional con el punto «local».

Podríamos considerarlo un concepto paralelo a la «mano madre», fija en una zona local, y la «mano hija», que se desplaza hacia las distintas zonas distales, frecuentemente utilizadas en Shiatsu.

De esta forma será posible mezclar las técnicas de Shiatsu y Jin Shin Do®, cuando lo consideremos oportuno, según nuestra sensibilidad y según lo que nos comunique el destinatario en ese momento concreto.La reacción positiva de nuestro cuerpo no tarda en manifestarse, con una reanudación de la circulación energética en los caminos tratados y confirma la estupenda capacidad que tiene para renovarse y mitigar las adversidades energéticas negativas, tanto externas como internas.

La participación verbal del receptor en este proceso de exploración y de compartir emocional conduce a la liberación de experiencias emocionales, traumas, abusos que, una vez rastreados e identificados, ya no crean bloqueos o limitaciones (también perjudiciales a nivel físico), sino que gradualmente disolverse o transformarse en emociones fácilmente manejables.

Una técnica verbal también puede tener lugar antes o después de un tratamiento de Shiatsu, con un intercambio empático que se logra escuchando con sincero interés lo que es personalmente importante para el receptor.

Por tanto, lo realmente importante para nosotros, operadores holísticos, es la empatía, el espíritu compasivo y la intensidad con la que nos relacionamos con una persona casi desconocida en algunos aspectos, pero en quien humanamente reconocemos la fraternidad.